Barcelona: una ciudad explotada por la turistificación y el tráfico aéreo

Barcelona es la cuarta ciudad turística europea, el primer destino de cruceros del mediterráneo y el séptimo aeropuerto europeo, con más 55 millones de pasajeros al año. Pasó de tener 3,7 millones de pernoctaciones en 1990 a más de 31 millones en 2016. Este modelo de turismo conlleva impactos y conflictos muy graves para la sociedad local y el medio ambiente. La crítica de los movimientos sociales va aumentando.

La ciudad de Barcelona ha vivido grandes transformaciones en las últimas cuatro décadas. El discutible proceso desarrollista y especulador en torno a la celebración de los Juegos Olímpicos del 92 produjo la primera de una serie de oleadas turistizadoras que continúan produciéndose a día de hoy. Si algo ha cambiado es la percepción, crítica y lucha sociales frente a estos procesos 1 que han provocado el crecimiento del turismo de masas en Barcelona, y que ha conllevado una espiral de desigualdades y conflictos sociales. No es un fenómeno nuevo ni exclusivo de nuestra ciudad, sino que sigue lógicas globales e impacta de forma parecida, por ejemplo, en muchas ciudades del sur de Europa 2 y en sus habitantes.

Si los Juegos Olímpicos apenas despertaron contestación, ya en 2004 la celebración del Fòrum de les Cultures, otro mega-evento relacionado con dinámicas especulativas y desarrollistas, sí provocó crítica y movilizaciones sociales en contra. Desde hace al menos años, es visible la crítica global al proceso de turistización desde los movimientos sociales, con análisis, denuncia y propuestas propias. Cada año se producen, además, diversas movilizaciones contra diferentes aspectos del proceso de turistización.
La promoción de la marca Barcelona a través del impulso internacionalizador que ofrecieron las Olimpiadas y otros eventos globales e iconos turísticos, gestionada por el consorcio público-privado Turisme de Barcelona, ha hecho de ella una de las ciudades turistizadas y con mayor afluencia turística del planeta. Prueba de ello es su evolución rampante: pasó de 3,7 millones de pernoctaciones en 1990 a más de 31 millones en 2016 3.

En la actualidad, más de 23 millones de visitantes y turistas pasan por Barcelona cada año, con una media de 154.000 visitantes diarios 4. En una de las ciudades europeas más compactas (15.881 hab./km), con 1,6 millones de residentes, la presión turística es muy notoria, especialmente en los distritos centrales. Barcelona es la cuarta ciudad turística europea, el primer destino de cruceros del mediterráneo y el séptimo aeropuerto europeo 5, con más 55 millones de pasajeros al año6. En 2018, el número de desplazamientos intercontinentales en avión ha aumentado en un 10,9% (9,4% de media desde 2010) 7, el número de cruceristas un 12,1% 8 y el de turistas un 4,3%9. Barcelona continúa así en un proceso de crecimiento turístico continuo desde los Juegos Olímpicos.

Este modelo de producción de la industria del turismo en Barcelona conlleva impactos y conflictos muy graves para la sociedad local y el medio ambiente:

  • expulsión de residentes por transformación de vivienda en alojamiento turístico (tanto hoteles como pisos turísticos legales e ilegales)
  • aumento de precios de alquiler y compra por la competencia de pisos turísticos y, en general, por el atractivo turístico que se traduce en atractivo inmobiliario;
  • sustitución del comercio de uso cotidiano por tiendas y servicios de uso turístico, inútiles y/o inasequibles para la población local;
  • saturación del espacio y el transporte público: problemas de movilidad a pie y en transporte público y privado
  • el colapso en movilidad y accesibilidad aumenta aún más con motivo de eventos privados masivos: festivales de música, grandes congresos , competiciones deportivas, etc.
  • especialización del mercado laboral en un sector turístico particularmente precario y feminizado (e.g las Kellys). Los salarios del sector de la hostelería se cuentan entre los más bajos de Barcelona;
  • alta contaminación acústica y del aire, principalmente por parte de aviones y cruceros;
  • alta generación de residuos y abuso de recursos naturales;
  • pérdida de espacios de vida comunitaria debido a la privatización de espacios públicos por infraestructura turística y concentración de servicios de ocio (zonas portuarias, hoteles, terrazas de restaurantes, zonas monofuncionales de ocio nocturno).
  • empeoramiento de las condiciones de vida y de la salud de la población;
  • sobreespecialización en el turismo, reducción de oportunidades para otros sectores productivos y dependencia creciente del sector turístico.

El modelo turístico responsable de tales impactos no es gratuito ni natural, sino que ha sido creado conforme a los intereses concretos de las élites político-económicas y se inserta en una dinámica más global de financiarización 10 creciente de la economía, y por ende, de mercantilización de la vida. Por financiarización entendemos el creciente (pre)dominio de las finanzas en la economía y la vida de las personas. Algunos ejemplos son la especulación con la vivienda, la subida de los alquileres y la desposesión del espacio público, que responden a una dinámica de mercantilización y financiarización que compromete el derecho a la vivienda, el derecho a la ciudad, donde los grandes fondos de inversión y los bancos, con la complicidad de los Estados, concentran los beneficios del sistema mientras causan e externalizan (o socializan) las pérdidas y consecuencias negativas que produce 11.

Pese a ser motor económico y estar en auge, el sector turístico lo es, entre otras cosas, mediante la especulación con nuestras condiciones de vida vía disminución de salarios, precarización en el trabajo, intensificación de jornadas laborales y empeoramiento de las condiciones laborales o comprometiendo la salud de lxs trabajadorxs y el medio ambiente, en el contexto de un capitalismo que responde a lógicas de acumulación productiva y financiera y donde la vida queda en los márgenes y no en el centro 12.

Sin embargo, en los últimos años el trabajo de coordinación entre colectivos y entidades, y la creciente dureza y obviedad del proceso turistificador han causado un vuelco en la opinión pública sobre la percepción del turismo en Barcelona. Si bien históricamente la versión oficial compartida por los co-culpables del proceso (sector privado e instituciones públicas) quedaba resumida en “el turismo es bueno para todos, porque produce riqueza y genera puestos de trabajo”, a día de hoy el turismo de masas es visto esencialmente como un problema capital en la ciudad, y constituye una de las principales preocupaciones sociales de su población.

Como consecuencia de este cambio, los mencionados sectores co-responsables han tenido que variar sus discursos. El sector privado probó inicialmente, sin éxito, culpar a los movimientos organizados mediante la campaña de la turismofobia 13; actualmente, los poderes empresariales banalizan el concepto de turismo sostenible y utilizan el clasista discurso del turismo de calidad, que no resuelve nada porque los problemas no son de calidad ni de comportamiento de las personas turistas sino de volumen de turismo, de mercados desbocados y de relaciones de poder.

El gobierno local, formado estos últimos años por una candidatura municipalista surgida en parte de los movimientos sociales y con un programa que contemplaba parte de sus demandas, ha dado algunos pasos. Principalmente, el de generar desde la institución discursos críticos con el sector turístico por primera vez, y algunas medidas interesantes pero siempre demasiado moderadas. Finalmente, a medida que avanzaba el mandato parece haberse conformado con la idea de gestionar el proceso de la turistización sin aspirar a frenarlo o revertirlo efectivamente.

El aeropuerto como catalizador del turismo global en Barcelona

El crecimiento turístico e inmobiliario (orientado a la población flotante) de Barcelona de los últimos años no se podría explicar sin el desarrollo de un sistema de infraestructuras de acceso globales y regionales, que han permitido el movimiento de turistas, residentes temporales e inversores. La aviación internacional ha sido determinante para el desarrollo de Barcelona como uno de los principales destinos turísticos de la periferia turística mediterránea. Este proceso ha sido posible gracias a varios factores políticos y económicos: la inversión pública en aeropuertos e incentivos a compañías aéreas, la inexistente fiscalidad a la aviación, y la liberalización del sector aéreo y el consecuente impacto sobre el abaratamiento de los precios de los billetes y el incremento de conexiones europeas e internacionales.

El 82% de los turistas llega en avión a Barcelona 14, con un crecimiento exponencial del número de llegadas internacionales a través de este medio, supone el principal catalizador del sistema de producción del turismo global. En las últimas dos décadas, se ha producido un incremento de más de 20 millones de viajeros en el aeropuerto de Barcelona, que ha facilitado que el turismo haya crecido un 17% en los últimos cinco años.

Este sistema de movilidad tiene fuertes implicaciones ambientales, pues se estima que el transporte aéreo representa el 75% de las emisiones de carbono del turismo en Barcelona (transporte, alojamiento y atracciones turísticas) y el 92% del transporte turístico 15. Un turista que llega en avión a Barcelona consume de media 605,7 kg CO2 eq, respecto a 52,9 kg CO2 eq de un turista que llega en tren 16. Los vuelos de larga distancia tienen un impacto muy significativo, pues el 25% de los turistas (transoceánicos) generan el 58,2% de las emisiones de transporte asociado al turismo en Barcelona 17.

Así mismo, el aeropuerto de Barcelona ejerce un grado de exposición a la contaminación ambiental elevada a muchas residentes de Castelldefels, el Prat y Gavà. La contaminación acústica de los aeropuertos ha sido reconocida por la OMS como un problema grave de salud pública, que puede generar impactos sobre pérdida de audición, problemas de comunicación, aprendizaje, trastornos del sueño y problemas cardiovasculares, efectos sobre el rendimiento y la salud mental. 18

© Prou Soroll

En base a las previsiones de la ICAO sobre el crecimiento de la aviación internacional para las próximas décadas, muchos gobiernos justifican la construcción de nuevos aeropuertos, terminales, o extensión de pistas y terminales. El Ministerio de Fomento del Gobierno de España y AENA planean la expansión del aeropuerto de Barcelona para acoger una demanda de más 25 millones de pasajeros extra con una capacidad de 70 millones. Una operación que incluiría al Aeropuerto de Girona-Costa Brava. 19

La ampliación de esta infraestructura, junto con el incremento del puerto de cruceros, ahondará aún más en el desequilibrio entre explotación turística de la ciudad y vida residencial, que ya a día de hoy y desde hace tiempo se salda con la expulsión de la segunda por la acción de la primera. Así mismo, la contribución del turismo y el transporte aéreo a la crisis climática sería nefasta.

El reciente Plan de estrategia de márqueting turístico, impulsado por Turismo de Barcelona por encargo del Ayuntamiento, viene a complementar territorialmente el crecimiento turístico desmesurado que proyecta la ampliación infraestructural. Siempre con la falaz promesa de desconcentrar el turismo para reducir sus impactos, se amplía el territorio afectado para seguir creciendo en zonas ya turstitizadas e iniciar el proceso en otras aún no explotadas. Tras la generalización del problema desde el centro a la mayor parte de los barrios, ahora definen como destino turístico ya no la ciudad sino la demarcación de Barcelona, desbordando sus límites municipales. Si el turismo y la turistización se basan esencialmente en territorio y movilidad, el crecimiento infraestructural se alía como por casualidad con esta extensión del campo de batalla.

La gestión de las puertas de acceso a Barcelona está tutelada por el gobierno estatal, donde el Ayuntamiento de Barcelona tiene un poder de negociación residual, por lo que el futuro de la aviación y de la convivencia urbana queda lejos de la influencia de la población de Barcelona.

Ante este diagnóstico, los movimientos sociales reclamamos el Decrecimiento turístico y de la aviación!

FUENTES:

1Ajuntament de Barcelona (2017): Estratègia de mobilitat turística de Barcelona.
2Idem (3)
3Cambra de Comerç de Barcelona (2018) Observatorio de tráfico aéreo de Barcelona: Informe trimestral, Diciembre 2018.
4AENA (2019) Informe 2018.
5Idem (3)
6Port de Barcelona (2019) Estadísticas de tráfico acumulado Diciembre 2018
7La Vanguardia (2019) “Barcelona recibe más turistas extranjeros y dejan más dinero”. Acceso el 19/05/2019
8Financialization is a process and contemporary phase of the capitalist economy in which finance has become extremely powerful, penetrating the daily lives of people as well as political decision-making on international, national, regional and local scales. It is based on the speculation on different financial products which are not related to the real economy. These products are bough and sold, generating capital gains of a “fictitious” origin since they are not related to the value of a material good but to its future value. https://odg.cat/es/financiarizacion/
9‘La falsa solució turística concentració de beneficis i deute social’, Marta Ill Raga (Observatori del Deute en la Globalització). https://odg.cat/publicacio/turisme-deute-social/
10‘Situació , característiques i efectes del treball en el sector turístic a la ciutat de Barcelona’, E. Cañada et al. (UPF & Greds Emconet). https://ajuntament.barcelona.cat/turisme/sites/default/files/1901_informe_upf_mercat_laboral.pdf
11These are processes of accumulation by means of dispossession, as defined by the Marxist geographer David Harvey who explains different methods of capital accumulation (privatization, financialization, etc.) which allow the capitalist system to prosper and maintain itself over time. This also generates repercussions for the sectors impoverished by capital’s crisis of overaccumulation. See: Harvey, D. (2004) The New Imperialism
12In response to this global touristification tendency, movements are responding and collaborating beyond their own territories. An example is the SET (south European cities and territories against turistification) network. ABTS (assembly of neighbourhoods for a sustainable tourism in Barcelona) is a member of the SET network along with 20 other entities and collectives who have share the same critical view of turistification and struggle to influence its reversal.
13 A concept invented to criminalize social movements and mobilizations who are against mass-tourism and its harmful impact.

14 Idem (1)
15 Rico, A. et al. (2019) Carbon footprint of tourism in Barcelona. Journal of Tourism Management, 70, 491-504
16 Idem
17 Idem
18 Forastel P., M., et al. (2010) Informe sobre los efectos adversos del ruido ambiental, englobando el ruido producido por el transporte aéreo. Centre de Recerca en Epidemiologia Ambiental, Barcelona
19 The project is not yet definite. Both the Ministry of Development and AENA have announced the expansion project in various public decrees. This year AENA prepared a service for the development of studies concerning the expansion project. Some news (in Spanish) can be found here: https://www.fomento.gob.es/el-ministerio/sala-de-prensa/noticias/lun-04032019-0815
https://www.lavanguardia.com/economia/20190305/46839144552/el-prat-terminal-satelite-aena-fechas-construccion.html?utm_campaign=botones_sociales&utm_medium=social&utm_source=twitter
https://www.lavanguardia.com/economia/20180212/44737344302/aeropuerto-barcelona-el-prat-terminal.html